EL SARS-CoV-2 ME HIZO DESCENDER LOS INFIERNOS POR LOS CAMINOS DE DANTE… Salí por el Baile.

Todo aquél que haya crecido en zona costera y sepa nadar, respeta al mar. Pero, también aquél que ha sido paciente del asma, respeta a toda enfermedad respiratoria. Esos respetos los tengo y los he practicado a lo largo de mi vida, porque nací en la Guaira, aprendí a nadar como pez en el agua y crecí con el asma.

Este artículo decidí a escribirlo ante el padecimiento que tuve de COVID-19 desde el 21 de julio pasado, hospitalizado en la Unidad de COVID-19 del Hospital Pérez Carreño el 28 de ese mes y dado de alta el 08 de agosto, y aún en plena recuperación.

Hay muchas razones para haberlo escrito que, a lo largo del contenido del manuscrito, las percibirá el lector atento, pero quiero adelantar que la principal razón que tengo es el de divulgar como testimonio personal de lo que sucede en un paciente al momento de inicio y el transcurso de esta grave enfermedad. Consciente que cada experiencia es diferente, considero que son pocos los que han podido contarlo después, y mucho menos, escribirlo al respeto.

Vea el articulo haciendo clip en el link

mi enfermedad del covid-19

 

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