La Pandemia nos dejó una impronta y ojalá hayamos aprendido la lección
Por Por Lic. Noel Briceño Ríos
Fotografía : Luis Zulueta
Para el Especialista en Medicina Interna, Mario Patiño, Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Doctor en Educación y Director del Postgrado de Medicina Interna del Hospital Universitario de Caracas, una de las cosas que puso en evidencia la COVID-19 era que como colectivo a nivel global no estamos preparados para atender una pandemia. Nosotros nos montamos en modelos sanitarios que se dedican mucho más al aspecto curativo que preventivo. Sin embargo, reivindica que cuando se quieren hacer las cosas bien, a pesar de las limitaciones que se puedan tener, se pueden lograr resultados bastante buenos.
Hace cuatro años la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara de la existencia del coronavirus como virus letal en la humanidad y decreta la pandemia global. Venezuela decreta el estado de excepción con respecto a la existencia de coronavirus en el país y establece una serie de medidas que tienen mucho impacto en la vida nacional en todos los aspectos porque entramos en cuarentena obligatoria donde se paraliza prácticamente el país así como se paralizó el mundo. Y fuimos a la Facultad de Medicina de la UCV para conocer del Decano sus impresiones sobre este período en la salud nacional y de otros temas relevantes.
¿Cuál es el papel que jugaron las diferentes escuelas de Medicina, la Facultad de Medicina y la Universidad Central de Venezuela en el cumplimiento, aportes y relevancia dentro de las políticas que se crearon en su momento para combatir la pandemia?
Efectivamente la verdad que coincidimos en la fecha de que justo se están cumpliendo 4 años de la fecha de la declaratoria de la de la crisis sanitaria a nivel global y ciertamente el 13 de marzo el Estado venezolano declara el estado de emergencia. Las implicaciones son en diferentes aspectos, además de verlos desde el punto de vista de la educación, pues, como médico y lo que significó para un médico y que es un poco realmente la experiencia de todos los profesionales de la medicina que tuvimos la oportunidad y la obligación de atender un evento inédito, porque vivir una pandemia no sucedía desde el siglo pasado más o menos en la misma fecha en 1918 con la pandemia de la peste (influenza) de ese momento y el otro aspecto es la parte humana de lo que implicó para nosotros ese proceso de cuarentena, el aislamiento.
Entonces fíjate, desde el punto de vista del aspecto de formación y lo narro desde la experiencia que tuvimos como profesor durante ese momento sobre todo el año 2020 y 2021 cuando fue la época más difícil: el compromiso que hubo desde la Universidad, desde la Facultad de Medicina, fue darle continuidad a los estudios médicos a pesar de la de la medida de aislamiento y empezamos a hacer educación remota de emergencia, no es propiamente educación a distancia, porque probablemente a pesar de que en la Universidad teníamos una plataforma robusta que es un sistema de educación a distancia, con un campus virtual que empezó en el año 2007 y ya para el momento de la pandemia tiene unos cuantos años de desarrollo, en el campo de ciencias de la salud, estas son carreras que se aprenden en el campo, haciendo, entonces no es que no usáramos el campo virtual y los recursos de educación a distancia en la universidad, sino que la presencialidad tenía para nosotros en una utilidad mucho mayor y realmente había poca formación de profesorado en esa materia, sin embargo, por la obligación que teníamos de darle continuidad a la formación del recurso humano a la docencia, pronto se hizo ese cambio.
Yo lo recuerdo en mi experiencia como docente, yo soy profesor de las cátedra de Medicina Interna del Hospital Universitario y ahí se hace aprendizaje en servicio, de manera que realmente el pregrado si tuvo su retiro de los espacios del hospital pero el postgrado no solamente continuó, sino que nuestro residentes de postgrado estaban en la primera línea de atención, en el doctorado de medicina interna, de los pacientes afectados por este nuevo virus en el Sarcov-2 de manera que hubo que replantearse competencias para desarrollar en nuestros médicos residentes en ese nuevo contexto y eso hace que ese grupo de jóvenes que tuvieron la oportunidad de atender esa contingencia, pues tengan rasgos diferenciales comparados con en el caso particular de médicos internistas que se formaron en otra época. La pandemia dejó una impronta, hubo que aprender en situaciones inéditas, hubo que manejar el miedo que daba enfrentarse con una situación totalmente desconocida sobre todo en esas primeras etapas, a pesar que en el país en el año 2020 el impacto fue de menor magnitud que en el resto a nivel global, sin embargo, la incertidumbre que había en esos primeros meses donde el conocimiento era escasísimo o nulo al comienzo, generaban sin duda temores, sin embargo, ahí estaba este grupo de médicos dándole respuesta a esa circunstancias sobrevenida.
¿Considera que las medidas, las políticas del abordaje del punto de vista médico epidemiológico del Estado venezolano con el manejo del Covid fueron acertadas?
Una cosa es la política declarada y otra cosa es lo que sucedió en la vida real, entonces definitivamente el impacto que tuvo la pandemia en costo de vida en el sector salud probablemente no tuvo la magnitud que tuvo en otros países, hay que ver si eso es un producto estrictamente de política o es una serie de factores que se juntaron en esa época. Hay que reconocer que además de la política, en el Hospital Universitario tuvimos mucha ayuda de organizaciones no gubernamentales de gente que se preocupó por acercarnos recursos sobre todo trajes de protección personal que afortunadamente trajo como resultado que en nuestro hospital, en la totalidad de los hospitales que tienen que ver con la Facultad de Medicina no tuvimos que lamentar ninguna pérdida de vida en el personal sanitario, no así sucedió en otras en otras localidades, pero atribuirle estrictamente a un sector yo creo que se juntaron una cantidad de variables y de aportes de diferentes instituciones, que nos permitió trabajar en las mejores condiciones posibles y así con muchas limitaciones.
Sin embargo, el componente humano es lo que yo más reivindico, o sea, el esfuerzo, el aporte, la adaptación que tuvo el personal sanitario, médico como personal de enfermería y pues todos los que integran desde los camilleros, pues eso es un equipo de salud que nosotros en el año 2021 atendimos más de 100 pacientes con Covid aunque diría que en el número es corto, pero bueno, por las condiciones que teníamos en el servicio de inmunología del hospital era lo que podíamos atender y sin embargo los resultados a pesar de que las condiciones o los recursos no eran los que podía tener una institución privada, nuestros resultados en mortalidad, son igualmente comparables con la de una institución privada que tenía mucho más en dotación de recursos, lo cual significa que el trabajo que se hizo fue un trabajo bien hecho, con un cuerpo médico y personal de salud sumamente motivado, con muchísimo compromiso, que a cuatro años después queremos reivindicar que realmente cuando se quieren hacer las cosas bien, pues a pesar de las limitaciones que se puedan tener, se pueden lograr resultados bastante buenos comparados con otras instituciones que pudieran haber tenido mejores recursos materiales.
¿La sinergia que tuvo el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, la cercanía ayudó muchísimo a que también los efectos fueran inferiores?
Depende el momento que lo analicemos. Probablemente en el 2020 el acceso a las pruebas diagnósticas estuvo limitado, no solo en el espacio de la que corresponde a la Facultad de Medicina. Yo creo que a nivel general, entre otras cosas, por la poca disponibilidad de las pruebas diagnósticas. Ya avanzado el primer año de la pandemia hubo más y en ese caso, pues echábamos mano de otros recursos que no eran lo que el estándar recomendaba, pero usábamos la tomografía como como un instrumento diagnóstico para el paciente sobre todo con Covid grave que requerían atención intrahospitalaria. Ahí nos fuimos reinventando, se hizo innovación frugal y con los escasísimos recursos se daba respuesta. Entonces obviamente en nuestra cercanía del Instituto Nacional de Higiene nos ponían ventaja comparado con un hospital del interior del país.
Yo siento que hubo condiciones que nos pusieron en una posición mucho más favorable que otras instituciones y sin embargo, yo creo que la diferencia que uno puede reivindicar es fundamentalmente la de haber involucrado a nuestros estudiantes, a los médicos vinculados con las instituciones hospitalarias, los estudiantes de postgrado con la atención de ese sector de la población que fue afectada por este nuevo virus.
A cuatro años considerando que oficialmente no se ha levantado el decreto de pandemia, ¿Estamos más tranquilos? ¿Podemos respirar sin la mascarilla o nos mantenemos en alerta ante amenazas de otras potenciales pandemias? ¿Cómo mira esa situación?
Yo creo que la pandemia nos dejó grandes aprendizajes en el caso de enfermedades infecciosas. Probablemente una las cosas que puso en evidencia que, como colectivo a nivel global, no estamos preparados para atender una pandemia. Nosotros nos montamos en modelos sanitarios que se dedican mucho más al aspecto curativo que preventivo yo creo que ojalá hayamos aprendido la elección. Yo creo que en el país hay profesionales que asumieron la conducción de esta contingencia sanitaria y creo que hay que recoger todas las recomendaciones que nos puedan hacer como país, incluido los organismos gubernamentales, para generar políticas de prevención.
Ahorita estamos en un momento que no tiene que ver con la Covid, pero el Dengue es como que la endemia o la epidemia de moda. En relación a la Covid es lo que la pregunta concreta yo creo que una vez que vacunamos a la población afortunadamente ya en febrero del año 21 en el sector salud el recurso humano lo empezó a recibir y eso nos ponía en una condición de menos incertidumbre que la que había previo a la vacuna. Esa vacunación masiva, más la población que ya se había inmunizado por vías naturales, los pone ahorita en una condición de convivir con este nuevo virus que ya no es nuevo y que vino para quedarse claro, el virus del SarCov-2 no desapareció, la Covid como la enfermedad sigue estando, solo que ya una vez con una población inmunizada por vía natural o de vacunación nos ponen una condición de sufrir estas enfermedades ya como un proceso viral comparable con la influenza, tenemos una enfermedad actual, siempre hay que, insisto, conservar los aprendizajes en la prevención y la medida de contención que funcionó fundamentalmente fue el uso de la de la mascarilla o el tapaboca de manera que es recomendable en momentos de picos de incidencia de estas enfermedades respiratorias, pues no hay duda, que el tapabocas funciona lo probamos durante la pandemia. En el caso del dengue, pues evitar los focos de crecimiento del vector es una de las cosas que tenemos que insistir para minimizar el impacto de estas enfermedades.
¿La Facultad de Medicina y sus escuelas están al día con los avances de investigación médica científica? ¿Considera que han logrado avances o tienen mucho que aprender de otras instancias?
Una de las cosas que nosotros tenemos que reconocer que nosotros estamos en una institución con un acervo académico, científico e histórico de 200 años. Nuestra Facultad de Medicina, ese logo ahí lo dice en 1827, o sea que nosotros en tres años vamos a estar conmemorando el bicentenario en esta Facultad. Hay fortalezas importantes, pero tenemos que reconocer que hay debilidades, vicios que se han acumulado en el tiempo y que la obligación de los que tenemos en este momento la responsabilidad de conducir la Facultad y la Universidad es ser honestos, regocijarnos con la fortaleza para identificar que hay cosas que tenemos que mejorar.
En el campo de la investigación, de las debilidades que conseguimos o identificamos muy temprano en el inicio de la gestión en julio del año pasado es que estamos trabajando en investigación en espacios distantes. La Facultad de Medicina si bien el Libertador la denominó así en 1827, en este momento es una facultad de Ciencias de la Salud: nosotros tenemos seis escuelas dos de Medicina, cierto, pero está la escuela de Bioanálisis, de Nutrición y Dietética, de Enfermería y la de Salud Pública y en ellas probablemente hay focos de investigación muy importantes, de alto impacto, pero que no hacemos sinergia como institución como facultad.
En diciembre pasado se hizo el primer encuentro de investigación de esta gestión donde juntamos a todos nuestros investigadores en los espacios de este edificio del Decanato. Abrimos una vitrina y que los investigadores nos conociéramos, de manera que pudiéramos empezar a generar alianzas, sinergias que sin duda va a potenciar la capacidad de producción científica de la facultad. Yo sí creo que hay un gran potencial, que hay Centro de Investigación de la Facultad de Medicina de alto impacto, hay profesores como el profesor Iván Mendoza que está dentro de los primeros 100 investigadores en el área de la cardiología que es de mayor reconocimiento. De manera que, insisto, hay mucha potencialidad. Yo creo que si aprovechamos esas capacidades y las juntamos, las capacidades globales de la Facultad de Medicina va a ser muchísimo mayor y ese es el compromiso que tenemos para estos próximos dos años y medio que nos quedan de gestión: dejar una facultad mucho más potenciada del punto de vista de generar conocimiento.
DE LO CURATIVO A LO PREVENTIVO
¿Es posible que la medicina preventiva, esos médicos integrales comunitarios puedan recibir abiertamente clases en la facultad o esa medicina preventiva entre dentro de la Facultad como parte de los insumos académicos que se dan en las diferentes carreras?
Sí, las escuelas de medicina en la Universidad Central de Venezuela, Vargas y Razetti, tienen declarado como perfil de egresados del año 84, estamos hablando de hace 40 años que nosotros deberíamos estar formando médicos para la atención primaria de salud, lo cual significa que la prevención es el elemento realmente más importante. Yo en mi práctica clínica diaria siempre le comento a los pacientes que los médicos tratamos muchas cosas y curamos pocas. Entonces más que importante que intentar curar enfermedades que no se curan, sobre todos las grandes enfermedades cardiometabólicas, una hipertensión arterial, la diabetes o en los eventos cardiovasculares, que es la primera causa de muerte en el mundo, es mejor prevenir. De manera que como instancia que forma el recurso humano que debe atender las necesidades de salud de la población, nosotros tenemos que reivindicar esa declaratoria del principio que tenemos de formar médicos donde la prevención sea un elemento fundamental.
Ahora, una cosa es lo que yo declaro y otra cosa es lo que hacemos en la práctica. Nosotros estamos conscientes que una de las cosas que tenemos que mejorar o reestructurar es la formación sobre todo el personal médico en el sentido de que el modelo de formación que tenemos actualmente, unas escuelas organizadas en espacios estancos de disciplina, donde disciplina me refiero a especialidades donde cada especialista en esa asignatura pretende ser el médico general, un mini especialista entonces tú ves que a lo largo de seis años el propósito que yo veía declarado: si yo cada vez que pasa por una asignatura, vamos a poner el ejemplo de Gastroenterología, quiero que el estudiante de medicina sea homine y gastroenterólogo y así sucesivamente cada especialidad al final ese producto que yo quiero formar de un médico que sea resolutivo cuando va a atender los problemas comunes en la población, probablemente no he logrado ese objetivo.
Necesariamente tenemos que cambiar el currículo de las escuelas de medicina incluida las otras escuelas de la facultad para garantizar que realmente formemos el recurso humano que la sociedad nacional requiere, con finalidad de impactar la morbilidad y la mortalidad de la población y además del mejor desempeño del sistema de salud. Hay tareas pendientes, no solamente en el campo de la investigación sino también en el campo de la Academia.
Cuando usted fue electo afirmó que se crearían las bases para una Facultad de Medicina ajustada a los tiempos con un modelo de gestión que responda a las necesidades que tiene la sociedad en materia de salud ¿Cuáles serían esas bases?
La base es crear recursos humanos que realmente la población requiere, o sea no hacemos nada con formar un médico en un hospital de Cuarto Nivel como el Hospital Universitario, viendo patologías sumamente complejas y cuando le toca ir en sus dos primeros años de ejercicio rural o atención primaria, pues no conoce mucho de patologías inmunológicas como el Lupus Eritematoso o no sabe resolver o no tiene la competencia necesaria para atender de manera eficiente problemas comunes como una diarrea o un problema de dislipidemia o de tensión alta en la población general. Entonces el compromiso es justamente crear las condiciones para que el recurso que salga de nuestras escuelas y de nuestra Facultad tenga la capacidad de resolver los problemas comunes en la población. No digo que no necesitamos buenos especialistas, pero necesitamos mucho más médicos generalistas que atiendan el grueso y los problemas en la población y algunos de ellos son los que nos comprometen la calidad de vida de nuestra población como lo son enfermedades cardiometabólicas, hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares en su conjunto. Esos son los aspectos en los cuales la escuela tiene que hacer mucho esfuerzo para que el egresado realmente tenga la capacidad de resolver ese 80% de los problemas de salud y el 20% es el que resuelve las grandes especialidades.
“ROMPAN LOS RETROVISORES”
Doctor, en otro orden de ideas, durante ese proceso electoral donde Ud. resultó electo hubieron situaciones tensas. ¿Usted Sintió en ese momento que el proceso electoral dentro de la universidad estaba comprometido?
Lo importante al final es reconocer que ya el proceso electoral pasó y eso es una reflexión que hacemos en el interno de la Facultad y en la universidad. A nivel de las autoridades electorales hay una cuarteta compuesta por miembros que vienen de opciones electorales diferentes, pero eso no es importante. Lo importante es que ahorita esas autoridades centrales y las autoridades de decanales tenemos la responsabilidad de atender el compromiso que asumimos con el país de poner en sintonía a esta universidad con las necesidades de nuestro país, de nuestra sociedad. De manera que, si hubo algún momento de tensión, de las cosas que reiteramos con frecuencia en el equipo de trabajo aquí en la Facultad de Medicina ellos le pido a todos, a los miembros del equipo, que rompan los retrovisores, lo que se hizo en el pasado, bueno o malo se hizo. Lo importante es que podemos hacer nosotros para que en dos o tres años cuando estemos entregando esta gestión realmente entreguemos esa facultad de medicina que nosotros nos comprometimos a construir. Aunque la situación en la que estamos trabajando no son las ideales, pero que realmente entreguemos una facultad con rasgos diferenciales a la que recibimos inicialmente. Y eso pasa por dejar de rumiar, hay gente que se queda anclado en la queja y usan la queja como excusa para no hacer. Aquí no hay excusas.
Nosotros tenemos el compromiso de atender con los recursos que tenemos las necesidades que hay que son muchísimas, pero por ahora y espero que así siga siendo en lo que queda de gestión hay muchísimo compromiso. Hay un equipo realmente consustanciado, hay mucho entusiasmo todavía en la comunidad académica de las escuelas, de la Facultad y la sociedad. Nosotros tenemos 20.000 egresados. Seguimos recibiendo el mensaje de entusiasmo de muchos egresados de la Facultad además la disposición de cómo puedo ayudar consciente de que hay muchísimas limitaciones. Yo creo que ese es el mensaje que hay que reivindicar porque es lo que le da sentido a nuestra permanencia acá. Yo sin duda puedo decirle a nivel personal que el costo humano de asumir esta responsabilidades es alto en el caso particular de lo que hacemos ejercicio clínico tenemos que de alguna manera hemos casi que financiado nuestra permanencia en la universidad con el ejercicio privado pues, asumir esa responsabilidad implica dejar un poco esos espacios, pero que vale la pena, o sea, realmente no es una queja. Yo creo que la universidad lo merece, nuestra Facultad de Medicina lo merece, que este esfuerzo que vamos a hacer durante estos dos años y medio que quedan, pues ojalá rinda para beneficio de la institución. Esto no es un tema de orden personal, nuestra vocación de servicio ha estado expuesta. Yo siento que el tema de por dónde llegamos a través de la opción electoral ya no es lo significativo, que aquí tenemos que juntarnos todos porque no hay alternativas, es a través del trabajo colaborativo que podemos realmente darle la respuesta.
Una última pregunta doctor. ¿Cómo evalúa usted en su función de Decano el trabajo que está haciendo el Estado Venezolano a través de la Comisión Presidencial de recuperar los espacios físicos de la Universidad?
Por supuesto que hay que reconocerlo porque esa mejora en infraestructura es parte de lo que ha renovado el espíritu en el universitario, en los miembros de la comunidad académica, de nuestros empleados administrativos. Venir a un espacio remozado donde consigues jardines, con gramas cortadas eso anima el espíritu. Hay que estar consciente que eso no es suficiente la universidad no solamente es un edificio y la universidad es la Academia, los laboratorios, el salario digno para todo nuestro personal administrativo y obrero y por supuesto el personal docente. Hay muchísimo trabajo por hacer, yo no tengo ninguna duda que tenemos que involucrar a todos los entes sociales que tienen que ver con la educación universitaria. Esta es una universidad pública y a como universidad pública, le corresponde al Estado dotar los recursos para que sigamos cumpliendo con el compromiso social que tenemos, que es formar un recurso humano para el sector salud y garantizar una atención médica de calidad con equidad donde ningún venezolano quede excluido de una atención.
Yo creo que sí tenemos reconocerlo mutuamente, reconocer la obligación que tiene cada uno. Mi obligación es formar buenos profesionales en la salud y buenos ciudadanos, pero para hacer eso necesito del acompañamiento de los entes gubernamentales que tienen los recursos necesarios para que las condiciones se den. Esto no se decreta, hacer un buen profesional no es algo que yo pueda decretar, lo tengo que construir para construir, necesitamos los recursos necesarios. Yo estoy en la idea de que tenemos que trabajar juntos todos los todos los que tenemos que responsabilidades en esto, incluido el sector privado también, ¿porque no? la Facultad tiene cantidad de capacidades que puede poner al servicio de la sociedad tanto de en entres públicos como privados.
El modelo de gestión de la Universidad hay que repensarlo no podemos seguir dependiendo, aunque el Estado nos dé el 100 % de presupuesto solicitado, yo tengo la certeza que eso no es suficiente para mantener una estructura tan compleja como esta que, además, nosotros tenemos capacidades, que podemos encontrar beneficios a través de alianzas con instituciones, insisto, no solamente públicas sino también del sector privado que nos permite darle viabilidad a la tarea que estamos llevando a cabo.