Por: Tomás Muñoz M.
Javier Espinosa, Premio Nacional de Educación (España), apuesta por la gamificación en el aula, un proceso de enseñanza-aprendizaje con aspecto de juego pero sin serlo.
El fracaso escolar es uno de esos términos injustamente utilizados. Normalmente se refiere a los estudiantes que no demuestran los conocimientos mínimos que exige el sistema educativo y que, por lo tanto, no obtienen su correspondiente título. Supone una preocupación social casi permanente en España y provoca acalorados debates sobre el modelo educativo, la calidad de la enseñanza y la capacidad de maestros y profesores.
Sin embargo, también cabría preguntarse si su expresión opuesta, el éxito escolar, “consiste en que los alumnos y alumnas vomiten lo memorizado en un examen, sin aprendizaje real, pero con una calificación positiva en sus notas”. Con estas palabras, el responsable de proyectos y transformación pedagógica y metodológica de NIUCO, Javier Espinosa, hace mención a la necesidad de replantearse el proceso de enseñanza-aprendizaje para hacerlo más eficiente. Para ello, propone aplicar técnicas y metodologías avaladas científicamente por la neurodidáctica, cuya eficiencia ha quedado demostrada de forma empírica.
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