Un nuevo estudio muestra que el uso de ‘tijeras genéticas’ CRISPR/Cas provoca cambios genéticos no deseados que son diferentes de las mutaciones aleatorias. Los cambios estructurales importantes en los cromosomas ocurren con mucha más frecuencia en las regiones genómicas a las que se dirigen las «tijeras genéticas» de lo que sería el caso de otra manera. Estos resultados también tienen implicaciones para la evaluación de riesgos de plantas obtenidas mediante nueva ingeniería genética (NGT).
Según la Comisión de la UE y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, los cambios genéticos no intencionados resultantes del uso de CRISPR/Cas no son diferentes de las mutaciones aleatorias. Sin embargo, el nuevo método de evaluación de datos utilizado en este estudio muestra que esta suposición es errónea.
En humanos y animales, este tipo de cambios pueden estar asociados con el riesgo de cáncer. Para las plantas, los riesgos incluyen principalmente efectos ambientales negativos y un cambio en la composición de los alimentos derivados de estas plantas. Si los cambios involuntarios pasan desapercibidos, pueden acumularse en el material genético y, por tanto, perjudicar tanto la estabilidad genética de futuras variedades de plantas como su idoneidad para su uso en la agricultura.
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