Por: Luis Enrique Gavazut Bianco – Universidad Internacional de las Comunicaciones
En este artículo se plantea la necesidad de abrir una línea de investigación empírica a partir de la construcción de una teoría de los espacios de comunicación e interacción social no digitales como barrera contra la guerra cognitiva, entendiendo este novedoso constructo como un proceso de propaganda que utiliza las tecnologías digitales sobre las cuales se soportan actualmente los procesos de comunicación social masivos, para distorsionar o falsear la realidad con fines de desestabilizar las instituciones del país que es blanco de ataque y propiciar una determinada toma de decisiones electorales en su población, con el propósito de imponer el Consenso de Washington en el caso de la hegemonía estadounidense. Se elabora la tesis de que la guerra cognitiva tiene incidencia en el cambio de estructuras cognitivo-afectivas profundas, como los valores personales y sociales que integran el autoconcepto y la identidad en el ser humano, suplantando en la población objetivo su propia cultura por la cultura hegemónica, y desplazando la propia identidad nacional por la de la nación hegemónica. Puesto que la guerra cognitiva se lleva a cabo a través de los espacios digitales, se plantea que cualquier espacio de comunicación interpersonal no digital que sea relevante como fuente de socialización de los valores asociados a la identidad nacional y cultural en general puede constituirse por ello mismo en una barrera contra la guerra cognitiva y sus efectos, particularmente en la más vulnerable población infantil y juvenil. Se analiza el caso del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela (El Sistema) como ejemplo de espacio no digital para la socialización de valores identitarios.
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